A veces el deporte, ese lugar donde nos sentimos vivos, fuertes y motivados, también puede convertirse en un espejo que nos muestra verdades difíciles de aceptar.
Y es que no todo en la carrera de un deportista son victorias, medallas o récords personales. Hay momentos en los que llega eso que muchos llaman un golpe de realidad.
¿Qué es un “golpe de realidad”?
Es ese instante —a veces inesperado, a veces inevitable— en el que el cuerpo no responde como antes, una competencia no sale como se esperaba, o una lesión cambia todos los planes.
También puede aparecer cuando se pierde la motivación, cuando la presión externa pesa más que el deseo interno, o cuando por fin se reconoce que algo no anda bien emocionalmente.
En palabras simples: es un frenazo que te obliga a mirar más allá del rendimiento y volver la mirada hacia dentro.
¿Por qué duelen tanto estos momentos?
Porque no solo impactan en la rutina de entrenamiento o en la agenda de competencias. Golpean directamente la identidad, la autoconfianza y el sentido de propósito.
Muchos deportistas construyen su vida alrededor del deporte, y cuando algo tambalea, sienten que todo tiembla con él. No es raro que aparezcan sentimientos de frustración, tristeza, confusión o incluso culpa.
Pero lejos de ser el fin, estos golpes pueden convertirse en puntos de inflexión.
Lo que sí podemos hacer
Desde mi rol como psicóloga deportiva, acompaño a deportistas que han vivido estos momentos. Y aunque no hay recetas mágicas, sí hay caminos que ayudan:
- Validar la experiencia: no minimizar lo que se siente. Está bien no estar bien.
- Darle espacio a la emoción: en vez de reprimirla, escucharla: ¿Qué te quiere decir esta pausa? ¿Qué necesitas?
- Redefinir objetivos: a veces no se trata de abandonar sueños, sino de ajustar la forma en que se persiguen.
- Buscar apoyo: hablar con un psicólogo, entrenador o alguien de confianza puede marcar una gran diferencia.
- Recordar que eres más que tus logros: el deporte es parte de tu vida, pero no define todo lo que eres.
Porque sí, duele… pero también enseña
Un golpe de realidad puede parecer un fracaso, pero muchas veces es una oportunidad de crecimiento. De reconectar con el porqué entrenas, de replantear tus límites, y sobre todo, de cultivar una relación más sana contigo mismo dentro y fuera del deporte.
Si estás atravesando uno de estos momentos, no estás solo. Lo que te pasa no te hace débil: te hace humano.
¿Estás atravesando un golpe de realidad en tu carrera deportiva?
Agendar una sesión psicológica puede ser el primer paso para encontrar claridad. Te escucho, te acompaño y caminamos juntos.
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